Somos un grupo de alumnos de 4º de Primaria del colegio Miguel de Cervantes en Zahara de los Atunes. No tenemos dieciocho años, pero la maestra dice que lo parecemos porque somos unos "viejos" y ella cuenta con algunos más... No sabemos si seremos premiados, pero nos hace mucha ilusión participar y ver, al menos, este texto publicado en www.zendalibros.com
¡GRACIAS!
En Zahara el viento entra por mi ventana y a través de un cable en luz se transforma gracias a la magia del molino de viento.
Viento, vientecito, cada noche entras por mi ventana y me refrescas un poquito.
Las hojas nadando en el viento, brisa marina suave y calmada.
La energía del viento, energía renovable, que todos los días entra en mi casa por un cable y mantiene nuestra vida saludable.
El viento juega, también baila, pero siempre corre sin tardanza y tan rápido que llega hasta los molinos de la Zarzuela y descansa.
El viento refresca y a nosotros casi siempre nos recompensa.
Por mi calle sopla el viento que viaja sediento hacia los molinos de viento.
El levante, viento o brisa, veraniego aire que invita a soñar con los campos modernos de Don Quijote.
El viento levanta la arena, levanta el mar y levanta tu sonrisa cada día más.
En Zahara y la Zarzuela el viento vuela.
El viento va solo, muy solo, espero que algún día tenga una amiga viento para jugar juntos al fútbol.
Si el viento jugara la Liga, tendrían que darle el Balón de Oro porque empujando la pelota sería el campeón.
Hasta las vacas retintas de mi padre las lleva el viento entre dos mares.
El viento al Principito en su avioneta lleva hasta el infinito.
Vivo en la Zarzuela, es una aldea tarifeña y el viento sopla con Tapatana y los molinos de viento del cortijo de Hiruela.
